El sistema de rotoconcentración es una instalación auxiliar de los sistemas de tratamiento de emisiones en los que se encuentran altos caudales y bajas concentraciones de COV para reducir el consumo de energía total.
El rotoconcentrador es una tecnología que se utiliza cuando el caudal de aire a tratar es elevado, pero la concentración de contaminantes (COV) es baja, con el objetivo específico de apoyar la posterior etapa de oxidación térmica, optimizando así el consumo de energía de la instalación.
La tecnología de rotoconcentración es aplicable cuando es necesario depurar flujos con bajas concentraciones de COV, es decir, cuando es necesario tratar, en general, hasta unos pocos kg de COV (por hora) dispersos en un flujo total de varias decenas de miles de Nm3 por hora. En estos casos, para optimizar los costes de explotación de la instalación, es posible concentrar los contaminantes a tratar con el rotoconcentrador.
Es muy importante prestar especial atención a la, a menudo necesaria, filtración del efluente gaseoso a tratar, para evitar que se obstruya y se reduzca la capacidad de adsorción de la rueda de concentración. Para ello, se instala una sección de filtración de varias etapas en la que, garantizando unas reducciones
adecuadas de la velocidad del aire y la presencia de materiales filtrantes apropiados, se elimina la mayor parte del polvo.
En esta fase, el proceso de absorción de contaminantes, es decir, COV, dispersos en bajas concentraciones, tiene lugar mediante una rueda de concentración que contiene zeolitas, lo que permite la adsorción continua y la regeneración simultánea de parte de la rueda. Esto elimina la necesidad de varias fases consecutivas, o más bien, las fases de adsorción, regeneración y enfriamiento del material adsorbente se llevan a cabo de forma continua.
El aire contaminado se envía, mediante ventiladores especiales, a la sección de adsorción de la rueda de concentración, donde el contaminante es retenido en relación con los enlaces químicos y físicos que se forman entre el material adsorbente (zeolitas) y los propios contaminantes. El aire, así desprovisto de impurezas, se envía a la chimenea de escape final. Posteriormente, mediante el calentamiento de las zonas adecuadas de la rueda de concentración, el contaminante adsorbido por la emisión primaria se transfiere a un segundo flujo con un caudal significativamente reducido.
Este flujo concentrado de dimensiones reducidas se envía a un proceso de oxidación térmica que, en función de las características técnicas específicas, puede ser del tipo recuperativo, catalítico o regenerativo. La elección del sistema correcto de oxidación final puede lograr el autoabastecimiento reduciendo drásticamente el consumo de combustible auxiliar.
Consulte la página de Servicios de Brofind para comprender mejor cómo apoyamos a nuestros clientes a lo largo del ciclo de vida del producto.